Expansiones desmedidas

Un clan es un arma múltiple compuesta de piezas proliferantes. Antes de atomizarse, cada clan genera otros clanes. Una extendida red de clanes atraviesa todos los estratos de vida avatar del Metaverso. Cada clan resguarda su ficción, su formateo diferencial de contaminación.

Devastación 2.0

En sus etapas iniciales, Second Life no se diferenciaba demasiado de otros videogames dedicados a la guerra en línea. Pero ya estamos demasiado lejos de ese infantil concepto de conflicto que hoy se sigue desarrollando en el Metaverso por medio de los Roler Play (RP). La guerra entre clanes se posiciona en su Segunda Era, a la que llamaremos Devastación 2.0.

A las posibilidades instaladas por el imaginario bélico tradicional se le fueron sumando otras perspectivas, las mas interesantes de ellas elaboradas a partir de la histórica contraofensiva situacionista pero esta vez adaptadas a las singularidades propias de un mundo virtual.

Una agresividad psíquica, despiadada, siempre sutil.

Una violencia que actúa directamente sobre la sensibilidad que desarrolla el software.

El bajo origen del Mundo

Second Life conoce muchas etapas. Pero en su origen reinó una sola instancia: la guerra, la destrucción masiva. La sociabilidad pacífica es un recurso muy posterior. Sin embargo, como sucede con los primordiales que soñó Lovecraft, el terror está lantente. No son pocos los clanes que aguardan y conspiran para reconstruir una fase superior de terror. Muchos varios de esos grupos están infiltrados por agentes de inteligencia y contrainteligencia. El juego se vuelve cada vez más peligroso. Los avatares mutan infatigablemente. Las interacciones se vuleven más y más estratégicas. Las cofradías se reinventan.