
A las posibilidades instaladas por el imaginario bélico tradicional se le fueron sumando otras perspectivas, las mas interesantes de ellas elaboradas a partir de la histórica contraofensiva situacionista pero esta vez adaptadas a las singularidades propias de un mundo virtual.
Una agresividad psíquica, despiadada, siempre sutil.
Una violencia que actúa directamente sobre la sensibilidad que desarrolla el software.